SANTA MARÍA DE IGUÁCEL . HISTORIA
Sancho Galindez, mentor del futuro rey de Aragón Sancho Ramirez, heredó de sus padres un ingente patrimonio entre el que se encontraba la iglesia dedicada a Santa María en el lugar de Iguácel, entonces denominado Inoçar o Ibuásar. Sancho Galindez casó con la viuda de Galindo Atones, Urraca, hija de poderosos terratenientes del Valle del Ara. La iglesia según consta en su inscripción fue reconstruida por mandato de Sancho Galindez y de su esposa Urraca, finalizando las obras en el año 1072. Santa María, según algunos textos fue construida en diferentes etapas ( entre 1040 y 1050 y reformada en 1072) e incluso Ángel San Vicente entendía que ello se ponía de manifiesto en la diferencia en el corte y disposición de los materiales. "La diferencia en el corte y disposición de los materiales que se manifiesta entre los muros de la nave, y la cabecera y los pies de la iglesia de Iguácel responde al hecho de ser iglesia reconstruida, según se indica en su documentación; los condes Sancho y Urraca añadieron el abside, la portada, los capiteles y columnas, una bóveda de medio cañón que luego se derrumbaría....." (1). Antonio Almagro Gorbea, arquitecto autor y director de los proyectos de restauración de la iglesia, ejecutados entre 1976 y 1983, opina que el edificio se construyó de una sola vez, aunque es perfectamente verosímil, como dicen los documentos, que existiera una iglesia anterior, a la que no puede atribuírsele nada de lo hoy visible (2). Pocos años después de la reconstrucción, en 1080, Sancho Galindez donó Santa María de Iguácel al monasterio de San Juan de la Peña, cuyos monjes benedictinos la convirtieron en priorato dependiente de aquella abadía. En el reinado de Pedro II (comienzo del siglo XIII) los monjes benedictinos se trasladaron al monasterio de San Juan de la Peña, siendo Iguácel ocupado por por religiosas bernardas, que luego pasarían a Cambrón, cerca de Sádaba, y posteriormente a Santa María Inforis, donde permanecieron hasta 1473 que regresaron a Cambrón. En 1588, por privilegio de Sixto V pasaron al convento de Santa Lucía en Zaragoza (3). TRANSFORMACIONES DE LA IGLESIA. En el segundo cuarto del siglo XV se tapiaron las tres ventanas del ábside para disponer de cinco espacios entre los arcos y capiteles donde se pintaron cinco escenas de la Virgen. A mitad del siglo XIX, según detalla Almagro Gorbea (2), con un presupuesto muy limitado y pocos medios se efectuó una restauración que al menos permitió seguir usando la iglesia que debía encontrarse en lamentable estado. Las obras descritas por Almagro Gorbea se resumen a continuación: Se tapiaron las dos puertas primitivas, impracticables debido a los arrastres del arroyo, abriendo otra a nivel más alto y protegida por un atrio formado por una bóveda de cañón con cubierta a dos aguas. Se levantó el suelo interior por medio de una tarima de más de cuarenta centímetros. Se construyó un coro alto al que se subía por una escalera situada en el ángulo suroeste, sostenido por vigas de madera. Se demolieron los aleros de la nave y de la torre, que estarían, casi seguro, en ruina. Se construyó una cubierta a un agua en la torre y se rehizo la cubierta de la nave con una pobre armadura. En el interior de la nave se construyó una bóveda de medio punto con cañizos y yeso, que obligó a tapiar parcialmente las ventanas de la fachada sur. De la decoración interior del templo y del estado en que quedó el exterior después de esta restauración hay información fotográfica en los siguientes textos: -La iglesia de nuestra Señora de Iguacel y otras manifestaciones del románico en España. Kingsley Porter, A. 1929. -El Arte Románico Español. Esquema de un libro. Manuel Gómez Moreno. 1934. -Arte Altoaragonés de los siglos X y XI. Sabiñánigo 1973. -Aragon Roman. Angel Canellas y Angel San Vicente. 1971 Siendo Consejero Provincial de Bellas Artes León Buil, se encargó un proyecto de restauración a Antonio Almagro Gorbea, que se ejecutó durante los años 1977-1978 y 1982-1983, quedando por fin el templo como en la actualidad se encuentra. En junio de 1990 la iglesia de Santa María de Iguácel fue declarada Bien de Interes Cultural. ROMERÍAS Y CULTO Cuando las religiosas abandonaron Iguácel, según relata el padre Faci, comenzaron a subir los vecinos de la zona en romería, costumbre que se sigue manteniendo aunque en otras fechas (4). Leante relata (5) como “el día 2 de julio, festividad de la Visitación de Nuestra Señora, acuden en devota romería y siguiendo a sus cruces parroquiales, los vecinos de las feligresías de Larrosa, Castiello, Cenarbe, Bescós, Acín, Bergosa, Yosa y Villanovilla; siendo obligación entre aquellos moradores acudir por lo menos ocho feligreses de cada pueblo….”. “No es esta la única peregrinación en forma de romería que el país verifica á Nuestra Señora de Iguácel, pues acuden también los mismos pueblos y en idéntica forma la víspera de la festividad del Corpus “. (5). Aunque no se precisan las épocas en las que se celebraron (6), también acudían el 25 de abril, festividad de San Marcos y la víspera de la Ascensión, los vecinos de Larrosa, Acín y Villanovilla. Suponemos que estas costumbres se perdieron hacia 1960 al deshabitarse los citados pueblos. Posiblemente la fotografía que se incluye en estas páginas sea de una de las últimas romerías celebradas en la festividad de la Visitación de Nuestra Señora (día 2 de julio). Actualmente, el segundo domingo del mes de julio acuden a Iguácel en romería los antiguos habitantes del valle y de la comarca, se traslada la imagen de la Virgen desde el Museo Diocesano de Jaca y después de la misa cantada se organiza una comida popular. Además de la misa del segundo domingo de Julio, se celebran en la iglesia otras ceremonias. Durante el verano de 2010 todos los domingos de julio y agosto a partir del día de la romería se ha oficiado misa y rezado el rosario a las 18 horas. (1). Aragon Roman. Angel Canellas y Angel San Vicente. 1971 (2). Restauraciones en el Románico oscense: La iglesia de Santa María de Iguácel. Antonio Almagro Gorbea. Artigrama 1989-1890. (3). Catálogo Monumental de España. Huesca. Ricardo del Arco y Garay. 1942. (4). Aragón, reyno de Christo, y dote de María SS. Ma. Roque Alberto Faci. Zaragoza 1739. (5). Culto de María en la diócesis de Jaca. Rafael Leante y García. Lérida 1889. (6). Santa María de Iguácel. Volumen II. Sara Fanlo. Asociación Sancho Ramírez. Jaca 1996.
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